La IA desde el punto de vista del mayor fabricante de chips en el mundo
Insights
Nvidia, la empresa más valiosa del S&P 500 por capitalización de mercado, reportó un sólido tercer trimestre de 2025. Su crecimiento sigue impulsado por la demanda masiva de chips para entrenar modelos de IA como ChatGPT, Gemini y Copilot.
La compañía ingresó 57 mmdd (+62.5% a/a) y proyecta superar los 65 mmdd el próximo trimestre. Esto confirma que gigantes como Microsoft, Google y Amazon siguen acelerando sus inversiones en capacidad de cómputo y energía.
Estos resultados han sido gracias a las inversiones en capital que han realizado las siete empresas más grandes del S&P 500, las cuales pasaron de 167 mmdd en 2023 a 319 mmdd en lo que va de 2025. Además, el consenso estima que esta cifra escale hasta los 551 mmdd para 2026.
Este ritmo ha generado dudas sobre su sostenibilidad a mediano plazo, la capacidad de rentabilizar dichas inversiones y el riesgo de estar ante una burbuja de inteligencia artificial.
La visión del CEO de Nvidia, Jensen Huang
En la llamada con inversionistas, Jensen Huang, CEO de Nvidia señaló que, desde su perspectiva, dichos niveles de inversión no se tratan de una especulación, sino de una modernización de la industria que está ocurriendo en tres fases simultáneas:
- Renovación de la Infraestructura: Las empresas necesitan cambiar sus equipos tradicionales (CPUs) por nuevos sistemas rápidos y eficientes (GPUs). Por ejemplo, AWS, Google y Azure están invirtiendo solo para actualizar sus centros de datos y mantener acceso a los modelos de IA más innovadores.
- Mejora de las aplicaciones actuales: De acuerdo con Huang, la IA ya está haciendo más rentables a los negocios existentes. Mencionó como ejemplo a Meta, cuya rentabilidad en publicidad ha mejorado en Instagram y Facebook.
- La nueva ola de “IA que trabaja”: Jensen destacó el nacimiento de sistemas que razonan y actúan como asistentes expertos. Citó a empresas como Tesla y Waymo, que utilizan esto para la conducción autónoma, y a nuevas plataformas como Cursor (para programadores) o Harvey (para abogados), que funcionan ya como “empleados digitales” que mejoran la productividad.
Por último, la directora de finanzas desestimó el temor a la obsolescencia rápida. Aclaró que, a diferencia de los celulares, las GPUs de hace seis años siguen operando a plena capacidad. Los chips antiguos no se desechan, sino que se resignan a tareas más sencillas, extendiendo su vida útil y rentabilidad mucho más de lo que el mercado estima.